La primera mujer guardavidas de Escobar, ahora es preparadora física en Deportivo Armenio

Deportes 13 de marzo de 2021 Por EscobarNews
Aldana Rages tiene 23 años y es la primera mujer guardavidas de Escobar. Actualmente se desempeña también como preparadora física en Deportivo Armenio.

En el 2017 Aldana Rages logró abrirse paso nadando contra la corriente, en una profesión donde predominan los hombres y sus pautas y se convirtió en la primera guarda vidas del partido de Escobar

Siguiendo la vocación de servicio de su padre, que le contaba durante su adolescencia las distintas experiencias que vivió desempeñándose como bombero voluntario, Aldana decidió que su rumbo se vincularía también con la labor de auxiliar a las personas, aunque no del fuego, sino del agua. El empujón final llegó de manera fortuita: “En mis últimos años de colegio conocí a una familia en la que todos eran guardavidas y profes de educación física: el padre, la madre, los hijos, los tíos. Ellos me inculcaron bien lo que era la profesión, me acompañaron en este camino y me llenaron de confianza porque no es una carrera fácil; te está preparando todo el tiempo la cabeza y te pone al límite”.

Con 17 años y en simultáneo a su último año en la secundaria, Aldana se anotó al curso de guardavidas en la Asociación Mutual Guardavidas Argentinos Asociados (A.M.G.A.A) de Escobar, donde le pusieron una serie de requisitos que debería comprometerse a cumplir para poder incorporarse. “La condición era terminar el colegio aprobando todas las materias y sin tener ninguna falta tanto en la escuela como en el curso. Fue bastante exigente porque a la mañana iba al colegio, a la tarde trabajaba ayudando en clases de natación y a la noche entrenaba”, recuerda la joven oriunda de Escobar, que debió resignar salidas con amigos y momentos de distensión para perseguir su meta: “En el último año de colegio todos están pensando en el viaje de egresados y salir de fiesta, pero mis prioridades siempre fueron distintas, yo elegí enfocarme en mi futuro”.


A lo largo de ese año, se preparó de manera exhaustiva, con entrenamientos muy intensos que duraban alrededor de 4 horas y que se repetían durante al menos 4 días a la semana. “Eran 2 horas de físico, corriendo, y 2 horas en el agua. A su vez, uno de los días de la semana era específicamente de salvamento, donde solo se practican tomas o situaciones a resolver”, detalla Aldana y cuenta que “te preparan para situaciones límite para que vos sepas cómo resolver frente al peor de los casos”.

“A la hora de conseguir trabajo en el ámbito de lo público, siempre fue muy difícil para nosotras. Hoy en el municipio, entre 20 guardavidas, somos 3 mujeres”, señala Aldana y explica que la desigualdad también se da en la práctica a partir de los prejuicios que se reproducen en torno a muchas guardavidas por el simple hecho de ser mujeres: “Me ocurre bastante que vienen chicos adolescentes o niños, pero también adultos; y me preguntan ‘¿Si a mí me pasa alguna situación, vos me podés rescatar?’. Es como una forma de poner en juego si, por el hecho de ser mujer o de ser más chica físicamente, voy a estar a la altura de una situación de rescate. Mi respuesta es siempre la misma: ‘si yo no pudiera hacerlo, no me habría recibido'. En el curso de guardavidas la vara es la misma para todos y si uno no está capacitado, no se puede recibir”.

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Hoy en día Aldana recibe mensajes por parte de muchas mujeres que conocieron su historia y que quieren dar el salto para convertirse en guardavidas: “Mi consejo es que siempre que quieran algo con pasión, sin importar lo que sea, tienen que ir por esa meta. El hecho de ser mujeres no nos tiene que limitar a nosotras mismas, al contrario, nos tiene que llenar de más fuerza para seguir adelante ganando espacios”.

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